La galería Cáñamo presenta del 24 de septiembre al 26 de noviembre la exposición Otros mundos posibles de Javier Puértolas. La exposición quiere mostrar una de las inquietudes artísticas del artista Javier Puértolas desde que en 2002 inicia la serie Ininterrumpidamente. Desde ese momento, inicia una reflexión sobre el mundo artificial que nos rodea.
Lazos, filamentos, franjas, fosforescencias, estallidos, proyecciones, espirales, mutaciones, aberturas, superposiciones... una multiplicidad de efectos y recursos se desarrollan en estas pinturas, con una generosidad sorprendente. Asistimos con Puértolas a un brotar exuberante de colores y estructuras formales. De tal flujo parece surgir una entraña tensión entre el caos y el orden compositivo, que habrá que resolver o no. Puértolas utiliza una curiosa estrategia: ante la saturación de la visibilidad que caracteriza a nuestra sociedad contemporánea ensaya una respuesta que combina a la vez la resistencia y la empatía. De ahí que sus obras presenten este grado de complejidad y dispersión, en el mejor sentido del término: entendida como una aceptación y una voluntad de explorar las dimensiones de la experiencia visual actual y las diferentes formas de asumirla y traducirla. Hace unos años que la pintura de Javier Puértolas ha llegado a la formulación de un lenguaje particular que le sitúa en el centro del debate pictórico de la actualidad. La suya es una propuesta que plantea cuestiones de primer orden sobre la condición de la imagen y el rol de la pintura en el siglo XXI. Se inserta en el nudo de una serie de problemas estéticos pero, más allá de su detección y definición, ejerce una práctica pictórica íntima y de alcance lírico que le otorga sentido propio. Puértolas se sitúa en la genealogía de una abstracción que podríamos llamar laberíntica. Existe una tradición plástica vinculada a la estética del fragmento.
Cabe señalar que se trata de una línea poco marcada en el contexto catalán. Enric Planasdurà, pionero de la abstracción geométrica en los años cincuenta o el sabadellense Joan Vilacasas, creador de las Planimetrías, que introdujo e hibridó la metáfora urbana en el lenguaje informalista, podrían ser sus precursores. Pero es quizás en el contexto español algo más reciente, donde encontraríamos artistas que plantean dilemas más cercanos a los de Puértolas. Uno de ellos es Luis Gordillo, que ha deconstruido formal y significativamente la imagen y ha contaminado la abstracción con el imaginario pop. Pero Gordillo encontramos una ironía y un eclecticismo posmoderno de lo que Puértolas prescinde, quizás porque para él todavía es posible una mirada emotiva hacia el mundo. Puértolas no es un desencantado: es importante remarcarlo. Algunas afinidades más de fondo sí podrían trazarse entre Puértolas y Juan Uslé. En ambos existe una conciencia de la artificialidad de lenguaje plástico y de la idea de estilo, pero al mismo tiempo existe una persistente voluntad poética.