Si bien la pintora Isabel Saludes es el artista con mayor proyección nacional e internacional de las comarcas de Tarragona, con exposiciones en todo el Estado español y en Alemania, Japón, Portugal, Francia y Suiza, y con una extensa hemerografía y muchos catálogos , hasta ahora no tenía una publicación que recogiera su producción pictórica.
Este libro hace un recorrido por su trayectoria y al mismo tiempo nos presenta unos análisis de los principales temas tratados por el artista. El título del libro se refiere, en primer lugar, a la importancia que tiene en su trabajo el espacio, un elemento esencial, espacios muy elaborados, indefinidos, sugerentes, a veces misteriosos, siempre íntimos. Espacios que evocan el paso del tiempo, espacios silenciosos que piden del espectador un tiempo y una meditación.
El libro comienza con un amplio apartado en el que va explicando su recorrido vivencial y artístico. Sus primeras enseñanzas las recibió en Alforja (Baix Camp), su población natal; posteriormente completó su formación académica en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona. En 1982 realizó su primera exposición en Begur y más tarde, en la Facultad de Bellas Artes, pero la muestra que la empezó a dar a conocer fue la realizada en 1986 en la Galería Matisse, con muy buenos comentarios críticos . Dos años después expuso en la Galería Eude de Barcelona, con la que empezó su proyección nacional e internacional.
El capítulo siguiente está dedicado al espacio, al que ya hemos hecho referencia; es el elemento contenedor de sus objetos, tema que viene a continuación. Los objetos tienen un protagonismo indiscutible, son para Isabel el elemento que la conecta con el mundo real. Sorprende la riqueza polisémica de estas obras en las que vemos unos objetos descontextualizados, fuera de su entorno cotidiano, consiguiendo que dialoguen con los espectadores o, al menos, haciéndoles adentrar en sus recuerdos, en su memoria.
En la naturaleza y sus paisajes, así como en las hojas, las flores y los frutos, está dedicado el apartado que viene a continuación, una temática que ha estado presente en su obra desde sus inicios. La naturaleza constituye un trasfondo que se manifiesta en muchas de sus obras tanto por el tratamiento de la luz como por sus atmósferas. Un orden natural que se compenetra con los ámbitos vividos.
El último capítulo está dedicado a la relación entre su pintura y la poesía, un elemento constante en su producción pictórica al que se refieren la mayoría de los comentarios críticos sobre su obra. Debemos sumar también el valor poético que tienen los títulos de sus cuadros o sus poemas, que crea para cohabitar con su producción pictórica.