Estéticas del antifranquismo

Narcís Selles Rigat, La imagen impresa en las culturas visuales del antifranquismo. Los años de la Asamblea de Cataluña , Memorial Democrático de la Generalidad de Cataluña, Barcelona, 2021.

Este libro forma parte de un proyecto que nos encargó el Memorial Democrático en el marco de la conmemoración del cincuentenario de la constitución de la Assemblea de Catalunya. La publicación trata de la producción visual del antifranquismo –de la alta cultura a las culturas populares– durante el tiempo que funcionó la plataforma opositora, pero sin olvidar las experiencias previas. Además del libro, también hemos cuidado de una exposición de pequeño formato concebida como un montaje de textos e imágenes, y pensada para itinerar en todo el país. El diseño ha corrido a cargo de Marcel Dalmau.

El objetivo del proyecto es mostrar el alcance y la relevancia social de la imagen impresa en el proceso de erosión del régimen franquista, así como sus usos por parte de los distintos sectores de la oposición democrática (organizaciones y partidos políticos, sindicatos , entidades culturales, empresas editoriales, asociaciones de vecinos, etc.).

Uno de los rasgos distintivos de la iniciativa es que, en lugar de poner el foco en las obras únicas, se atienden a las que tomaron forma mediante la impresión gráfica, ya que fue sobre todo gracias al uso de técnicas reprográficas diversas ya la utilización de distintos soportes y formatos de edición (grabados, carteles, libros y revistas, carátulas de disco, etc.) que esta producción llegó a capas amplias de la población y contribuyó a promover la percepción de un marco de valores y referencias contrarios o alternativos a los de la oficialidad establecida. De modo que artistas, grafistas, diseñadores, ilustradores y muñecos dieron forma visual a los afanes de cambio de la sociedad civil frente al orden autoritario en que se asentaba el Estado español.

Las dos líneas hegemónicas de esta visualidad antifranquista se congregaron básicamente durante la segunda mitad de los años sesenta y se prolongaron en los setenta. Una parte de teorizaciones vinculadas al realismo social con la incorporación progresiva de elementos del arte pop y de poéticas cercanas. Y la otra enlazaba con las vanguardias históricas y con determinadas corrientes de la modernidad. Junto a estas dos grandes orientaciones, emergieron otras tendencias con diversos grados de disensión. De las corrientes neoracionalistas a las contraculturas o de las neovanguardias conceptualistas a los experimentalismos, que introdujeron cuestiones perceptivas y micropolíticas que tenían que ver con las subjetividades, las relaciones interpersonales y las formas de vida, así como con la crítica de la institución artística y los lenguajes y los cánones estéticos establecidos.