Cuando en 2003 Colin Powell tenía que comparecer en la sede de Naciones Unidas para defender la guerra de Irak, una nueva escenografía se preparó para la larga presentación del secretario de Estado estadounidense. El tapiz del Guernica , que decora una de las salas del Consejo de Seguridad, fue cubierto con unas sábanas azules.
Este hecho, que podría parecer meramente escenográfico, sacó a la luz cómo el verdadero potencial de la imagen reside en su circulación y su simbolismo. Como ocurrió también con las fotografías de Abu Ghraib, la circulación de las imágenes reveló su capacidad de resistencia cuando su puesta en circulación y difusión alteró las narrativas oficiales del poder.
La exposición Goshka Macuga. En movimiento , comisariada por Neus Miró, plantea un desplazamiento continuo, un reposicionamiento desde el lugar donde miramos hacia los acontecimientos históricos y los relatos establecidos. Un movimiento de posiciones que implica nuevas direcciones de la mirada y la reelaboración de narrativas alternativas al devenir histórico oficial. La obra de Goshka Macuga (Varsovia, Polonia, 1967) propone así una relectura de los relatos históricos heredados mediante la exploración de los vínculos entre arte, poder e historia para revisar las posibles y múltiples relaciones entre los discursos del pasado y nuestro presente.
Goshka Macuga. En movimiento reúne tres instalaciones realizadas entre 2009 y 2011: Plus Ultra (Más allá), The Nature of the Beast (La naturaleza de la bestia) y Untitled (The Letter) (Sin título (La carta)). Las tres instalaciones comparten rasgos comunes: incluyen un tapiz como elemento central y articulador de la instalación, están basadas en una pieza artística del pasado para actualizar su significado y giran en torno a la idea de la réplica. La copia y la réplica adquieren en la obra de Macuga un papel fundamental. Llevar al presente estas imágenes, como copias de un original, supone la movilización y desplazamiento de una réplica que ha perdido el valor aurático, pero retiene al simbólico. La copia se fuga de los significados oficiales del original; y es en ese desplazamiento donde el pensamiento se pone de nuevo en movimiento.
El trabajo de Goshka Macuga nos hace cuestionarnos sobre qué papel puede tener la imagen ante el devenir histórico. Señala Susan Buck-Morrs que el valor de la imagen cobra sentido “por su habilidad de nombrarse a sí misma, por su capacidad para proponer su propia leyenda, su propio título, y no tanto por caber dentro de marcos preexistentes de significado. Las imágenes, si bien son compartidas colectivamente, escapan de la generalización del concepto.” La imagen ya no representa un objeto sino que, más allá de eso, intensifica la experiencia, iluminando las realidades que de otro modo continuarían sin ser percibidas.
En la imagen: Goshka Macuga. The Nature of the Beast, 2011. Imagen de instalación en el MUSAC, 2021. © Goshka Macuga, Vegap, Barcelona, 2022. De las fotografías: © Roberto Ruiz, 2022.