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Exposiciones

Lee Friedlander en KBR Fundación Mapfre

Fins al 8 de maig del 2022

Lee Friedlander en KBR Fundación Mapfre

En 2007 se pudo visitar en CaixaForum la exposición monográfica Lee Friedlander (Washington, Aberdeen, 1934), que había preparado entonces el conservador de fotografía del MoMA de Nueva York, Peter Galassi. La muestra ofrecía un recorrido cronológico por la trayectoria y la obra de lo que es considerado uno de los fotógrafos norteamericanos más relevantes de la segunda mitad del siglo XX e integrante de la célebre exposición New Documents , con la que en 1967 el MoMA va definir un nuevo grupo de documentalistas sociales en Estados Unidos. De este modo, el nombre de Lee Friedlander se constituye de forma indisociable con el de Diane Arbus y Garry Winogrand y, en definitiva, del nuevo documentalismo ordinario, aleatorio y accidental que tanto se diferenciaría de ese más humanista y político de las generaciones precedentes.

Si bien con anterioridad la obra de Friedlander había estado presente en exposiciones colectivas, aquella de 2007 era la primera retrospectiva que se le organizaba en Barcelona. Quince años más tarde y bajo la guía de su conservador de fotografía, Carlos Gollonet, la Fundación Mapfre propone revisar de nuevo la trayectoria del fotógrafo. Sin embargo, en esta ocasión se amplifica el recorrido hasta los trabajos más recientes, a través de unas trescientas imágenes, además de diferentes fotolibros y otras publicaciones. De hecho, hace ya unos años que Gollonet va detrás de los pasos de Friedlander, y después de haber podido trabajar en su casa en Estados Unidos y de estudiar en primera persona su fondo fotográfico, llega al centro KBr esta muestra extensa, completa y actualizada, que en ciertos aspectos dialoga y rememora la de 2007.

Lee Friedlander en KBR Fundación Mapfre Lee Friedlander, Albuquerque, New Mexico, 1972. Plata en gelatina. 28x35,5 cm. Cortesia de l’artista i de la Fraenkel Gallery de San Francisco.

Del jazz a las primeras rupturas formales

Gracias al coleccionismo privado, la exposición comienza con una recopilación de diferentes vinilos de jazz en los que un joven Lee Friedlander trabajó en la década de los cincuenta, produciendo las fotografías de las carátulas. Retrató a casi todos los gigantes del género y colaboró con las grandes discográficas del momento. Miles Davis, John Coltrane, Charlie Mingues o Sony Stitt, y sellos como Atlantic o Columbia ejemplifican un vínculo, el del jazz y la fotografía, que excede la mera ilustración gráfica para tomar cuerpo en forma de contagio artístico: en el estilo , el ritmo y la improvisación. Características distintivas que podemos identificar en buena parte de la obra fotográfica de Friedlander de las siguientes décadas, en un lenguaje visual que se basará en la disrupción y la ironía.

En los años sesenta, cuando Lee Friedlander se sumerge en el campo del reportaje social, Nueva York es uno de los grandes laboratorios del documental fotográfico. Lo es gracias al poso creado por instituciones y agentes como la New School for Social Research, Limelight Gallery, las numerosas clases particulares de muchos de aquellos fotógrafos por Lower East Side y el referente ineludible de algunas autorías como Walker Evans, Robert Frank o Lisette Model, entre otros. Por entonces la utopía documental confiaba en la capacidad de la fotografía para grabar y transformar la realidad social. De ahí las imágenes en las que el centro es el sujeto humano y su relación con el entorno, en una representación de afán objetivo y descriptivo. Pero Lee Friedlander será uno de los rupturistas en modificar convenciones de composición y enfoques temáticos, a base de yuxtaponer imágenes, de densificar y fragmentar el contenido, de encuadrar con ambigüedad, de recurrir al humor. Sus autorretratos son seguramente uno de los exponentes más claros de esa subversión del género y la convención fotográfica. Pero le acompañan otros tipos de imágenes, como las instantáneas de calle, los retratos o los nudos, como el de Madonna antes de convertirse en el icono del pop que es hoy en día.

España no es los USA

La exposición incluye las series de fotografía más conocidas de Friedlander, realizadas con su cámara Leica. Pero vale la pena destacar otros grupos fotográficos menos conocidos, como las fotografías tomadas en España. Se da el caso de que en 1964, y gracias a una beca Guggenheim para viajar por Europa, Friedlander visitó la península Ibérica. Hizo algunas fotografías que ahora se exponen por primera vez. Otra ocasión es precisamente en 2007, cuando con motivo de la exposición del CaixaForum Friedlander visitó Barcelona e intentó captar el paisaje humano del turismo por los alrededores de la Sagrada Família.

Después de haberse familiarizado con el desequilibrio y el ruido del paisaje social norteamericano, el contraste con las imágenes de España demuestra precisamente la adecuación del estilo fotográfico de Friedlander con el dominio de lo específicamente americano y que es perceptible en los gestos de las personas, el entorno visual y publicitario, el espacio y la arquitectura. Porque resulta obvio que cuando Friedlander intenta recurrir al mismo lenguaje fotográfico con el entorno español y catalán, la cámara no le responde de igual modo, aunque procura aplicar las mismas fórmulas.

En la imagen: Lee Friedlander, Paul Tate, Lafayette, Lousiana, 1968. Plata en gelatina. 28x35,5 cm. Cortesía del artista y de la Fraenkel Gallery de San Francisco.

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