Una casa per a Walter Benjamin

Uno de los intelectuales europeos más decisivos del siglo XX, Walter Benjamin, se suicidó en Portbou el día 26 de septiembre de 1940, al darse cuenta de que sería devuelto a Francia y entregado a los nazis, que le consideraban, como judío y como hombre de ideas socialmente avanzadas, un enemigo.

Acababa de cruzar la frontera a pie por la montaña con grandes dificultades. Lo había hecho acompañado de Lisa Fittko, que deja testimonio en su libro Mi travesía de los Pirineos (Ediciones Reremús-Fundació Angelus Novus, 2021). El gran artista israelí Dani Karavan, que nos dejó el día 29 de mayo después de una larga y fecunda trayectoria, es autor de un impresionante memorial que, en diálogo con el paisaje, evoca en Portbou de forma emocionada la figura y el legado del pensador alemán que humanizó con lucidez y dolor nuestra concepción y experiencia de la historia.

Como cada año, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Walter Benjamin, la asociación Passatges y la Fundación Angelus Novus, con el liderazgo de Pilar Parcerisas y la firme implicación del Ayuntamiento de Portbou, organizaron una nueva edición de Escuela de Verano Walter Benjamin. Este año, sin embargo, el programa, siempre interesante, de esta convocatoria tenía un aliciente particular, la presentación del proyecto que, gracias al apoyo de Ferrocarriles de la Generalitat, los arquitectos Jordi Pigem y Joan Falgueras han imaginado para la rehabilitación y la reforma del edificio del antiguo Ayuntamiento de Portbou para que se convierta en la Casa Walter Benjamin y sea la sede de la ya notable biblioteca reunida en Portbou sobre este formidable personaje, pero también para que sea un espacio para actos y exposiciones y se convierta en un centro de estudio y difusión en torno a este influyente pensador. La Fundació Lluís Coromina se ha añadido con la realización de una exposición que, por medio de textos, planos e imágenes, nos permite zambullirnos en este interesantísimo proyecto arquitectónico, que rodea y ciñe el edificio antiguo y al mismo tiempo dialoga con el memorial situado muy cerca, junto al cementerio. Esta futura Casa Walter Benjamin, con un planteamiento austero y muy exitoso, sortea grandilocuencias formales y busca insertarse de lleno en el escenario al que quiere integrarse para ser una referencia que complemente y refuerce con naturalidad, sin artificiosidad ni énfasis vacus, el discurso que religa profundamente Walter Benjamin a Portbou. Se percibe el mensaje de cobijo, de cobijo para quien huía de quienes le atragantaban porque odiaban la libertad de sus ideas.

Constatamos el peso que se atribuye a los libros ya la palabra como soporte para la transmisión del saber, pero al mismo tiempo existe una invitación a un itinerario en forma de helicoide entre la densidad de la tierra y la luz del aire que nos lleva hasta la cubierta en una construcción de orientación matérica.

Es de esperar que en breve podamos celebrar la realización de la Casa Walter Benjamin, desde la convicción de que constituirá un foco cultural de primera magnitud y con una inequívoca vocación de interacción internacional.