Básicamente cambios, muchos cambios y algunas veces no sabemos si por bien o por mal. El tiempo dirá!!! El primero fue la prejubilación, algo por sorpresa, a principios de año del director de la Agencia Catalana del Patrimonio, Josep Manuel Rueda. Un hombre con un currículo extraordinario y que ha jugado muchos papeles en el auca del Departament de Cultura. Se le echará de menos para poner cordura y arrebato, aparte de compromiso institucional y de país. Una salida que debería aprovecharse para pensar en un comité asesor de seniors con bagaje que ayuden al Departamento de Cultura de manera permanente. No deberíamos desperdiciar este conocimiento y, más, cuando los consejeros son efímeros y es muy compleja consolidar programas. Por tanto, son los cargos de funcionarios con conocimientos los que acaban dirigiendo el día a día. Con su jubilación no se ha cubierto la dirección de la Agència Catalana para aglutinar en una misma persona la dirección de Patrimoni y de la Agència, hasta hace poco al cuidado de Elsa Ibar, también relevada hace pocos días, algo que llevaba meses esperando; lo comentamos más adelante. Intentar unificar agencia y dirección en una sola persona ha sido el recurso que han acabado optando a todos los consejeros para agilizar funcionamiento. Pese a que el dúo Rueda-Ibar, pese a las diferencias que siempre hay, había funcionado bien porque eran dos personas que saben lo que se hacen. Quizás había empezado a chirriar cuando las directrices políticas no habían clarificado o dirigido suficientemente el escenario. La conselleria ha gestionado bastante a precario estas transiciones.
La jubilación de Josep Manuel Rueda, pero fue en paralelo a la convocatoria de la plaza vacante de gerente que hacía años quedaba libre en la Agència Catalana del Patrimoni. El ganador, un buen profesional: Josep Maria Carreté, ex gerente del MNAC, también ex director de Patrimonio de la Generalitat -se conoce bien la casa- marcha del MACBA con la llegada de una directora que quiere revolucionarlo todo. Esto puede ser positivo o negativo. Lo sabremos pronto. Elvira Dyangani Ose, la nueva directora del MACBA, se había encontrado ya con el despido de la conservadora jefe, Tanya Barson y el jefe de programas públicos, Pablo Martínez, sus puestos creo que siguen vacantes y ahora se le añade uno nuevo: la gerencia. Pero sigamos con Carreté, que llega a un Departamento que se conoce. Lo único que deja dudas es la destitución de Elsa Ibar, directora general de patrimonio, sabemos que no era del mismo partido político que dirige la conselleria. Total, que el nuevo relevo en la dirección general de Patrimoni es Sònia Hernandez, ex directora del Museo de las Aguas, una persona no acostumbrada a una dirección general como esta y que bajo su responsabilidad tendrá tres ex directores generales: Josep Maria Carreté, Elsa Ibar y Júsep Boya, este último fue el artífice del plan de museos del departamento y actualmente es director del museo de arqueología de Cataluña. Puede ser una oportunidad para saber delegar con personas que saben mucho y también un grosor de responsabilidad para ver si tendrá la capacidad para afrontar el cargo con solvencia. De nuevo el tiempo servirá de termómetro. Mientras, Magda Gassó, jefe de museos también está viendo la jubilación cercana. Todo un cambio generacional, lógico, pero que da respeto.
Mientras tanto, también hemos recibido con incertidumbre la prejubilación de Conxita Oliver, jefe del Área de Difusión y Cooperación Artística, quien conoce el sector de las artes plásticas y visuales, le aprecia y lo defendía. La persona que dirige esta área no le veo especialmente predispuesto a reforzar un sector que está muy delgado y siempre acaba siendo la hermanita pobre. Tenemos un Plan de Artes Visuales que en estos momentos creo que sólo tiene a Marta Gustà como máxima avaladora y debe hacerlo desde el ICEC (Instituto Catalán de las Empresas Culturales). Pero, además, también tenemos la marcha de Àngels Solé de la dirección del Centro de Restauración de Bienes Muebles de la Generalitat, que ya le había anunciado a la antigua consejera Àngels Ponsa, sin embargo, por lealtad no había activado hasta hace pocos meses. Ahora, este relevo provoca en el sector un grito de reivindicación para que la nueva dirección esté representada por una persona del sector. Àngels Solé era una histórica, había trabajado reivindicando ese centro nacional, siempre con dotación insuficiente. Ahora ha decidido irse. Y el último de los despidos ha sido el de los delegados territoriales de cultura por toda la geografía. La de Àngel Torras en Barcelona o la de Carme Renedo en Girona, por ejemplo, dejan vacío por ser personas que se conocían muy bien el sector cultural. El sector de las artes visuales queda especialmente tocado, ya que Àngels Torras sabe del sector y se le ama, actualmente milita en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Delegados territoriales que han sido sustituidos por profesionales del sector de la educación. Supongo, ahora me gustaría ser cínico, que el foro de las artes en la educación impulsado por el Conca y la hiperactiva Vinyet Panyella ha marcado el rumbo. Necesitamos educar en la base para conseguir ciudadanos culturales. Más que hablar de "públicos", lo que necesitamos son ciudadanos formados, comprometidos con la cultura, la sociedad y el país.
La última de las grandes renovaciones es la de Eva Soria al frente de la dirección de Innovación, Conocimiento y Artes Visuales en el Institut de Cultura de Barcelona. Estamos hablando de una de las áreas más importantes del Ayuntamiento de Barcelona en materia cultural, de donde cuelgan temas educativos, centros de creación... Eva Soria tiene bagaje, entusiasmo y ganas, pero es una macroárea que puede superar a cualquiera. ¡Esperamos que no sea así! Esto también ha comportado una reorganización en el Institut Ramon Llull, área de Creación, que es de donde venía Eva Soria. Maria Lladó toma la dirección y se le duplica el trabajo, aunque con Soria habían hecho dúo desde hacía tiempo. Mientras, Maite Esteve va haciendo camino y buen trabajo con la ley del mecenazgo en la Fundació Catalunya Cultura, en sustitución hace unos años de Gemma Sendra que acabó de concejala en el Ayuntamiento de Barcelona. También Pau Mas potencia el legado Maragall en la Fundació Catalunya Europa. Y con todo ello, el amigo José Ángel Montañés, el periodista e historiador de El País también se ha jubilado. Un nuevo ciclo que va caminando. Estaremos atentos a cómo evoluciona todo.