El jurado internacional de la Berlinale ha otorgado su máximo galardón, el Oso de Oro, al segundo largometraje de la cineasta Carla Simón, cinco años después de distinguir su filme debut Verano 1993 (Verano 1993) con el premio a la mejor ópera prima.Al recoger su galardón durante la gala de entrega de premios de la 72ª edición del festival, la realizadora afirmó que Berlinale, donde cada vez que acude "ocurre algo especial", es su "hogar del cine " y que se considera hija de este sitio".
"No me lo puedo creer", ha dicho Simón justo después de subir al escenario para recoger el premio. La directora catalana quiso dedicar el galardón a "las pequeñas familias de agricultores que cultivan la tierra todos los días para que la fruta llegue a nuestros platos", una actividad que consideró "una forma de resistencia".
El director estadounidense M. Night Shaymalan, presidente del jurado, ha destacado las "extraordinarias interpretaciones" de la película, "desde actores infantiles hasta actores de 80 años" y la capacidad del filme para "mostrar la ternura" y la comedia de la familia y el retrato de la dependencia de la tierra".
En "Alcarràs", Simón hace un retrato del mundo agrícola en este pueblo de Lleida, un paisaje que conoce bien porque parte de su familia se dedica a la agricultura. La película narra el verano de una familia dedicada a la recogida del melocotón en una población leridana. Es la última cosecha, porque el propietario de las tierras que han cultivado durante décadas las va a dedicar a un negocio más lucrativo: las placas de energía solar. "Alcarràs" transmite la nostalgia de un último verano, entre cajas de melocotones y mermeladas. También se ve alguna bronca familiar y la rabia del agricultor, que ve extinguirse la base de su existencia.