La Fundación Arranz-Bravo presenta del 17 de febrero al 1 de mayo de 2022, la exposición La fábrica Tipel: el sueño pintado, comisariada por Carles Toribio y Albert Mercadé. La exposición recupera todo un conjunto de materiales inéditos surgidos en el curso de la publicación La fábrica pintada, de Arranz-Bravo y Bartolozzi (Ayuntamiento de Parets, 2022), escrita por el historiador Carles Toribio.
En febrero de 1971, se inauguró uno de los iconos más representativos de la cultura artística de los años setenta en Cataluña: las pinturas murales de la fábrica Tipel de Parts del Vallès, realizadas por los pintores Eduard Arranz-Bravo (Barcelona, 1941) y Rafael Bartolozzi (Pamplona, 1943 – Tarragona, 2009). El tándem de artistas se propusieron desbordar un encargo inicial del empresario Isidor Prenafeta –un mural en una sola pared exterior del edificio– y expandirlo a través de los más de dos mil metros cuadrados de superficie de fachada completa de la fábrica, participando incluso en el diseño de elementos estructurales, como las ventanas y la chimenea, así como la elaboración de esculturas –los 8 ocho corderos de yeso por el exterior– o divertidas iniciativas de pintura expandida –los camiones de la empresa, las camisetas de las trabajadoras, y otros objetos insólitos. No había antecedentes ante una iniciativa parecida: con cinco mes realizarán lo que será considerada como la mayor pintura mural del mundo.
En poco más de cinco meses, Arranz-Bravo y Bartolozzi se aplicaron en un trabajo libre y experimental, volcando sobre los muros un imaginario genuino, representativo de la nueva pintura internacional: la psicodelia, el pop art y también un estilo propio; irónico y vitalista, propio de dos de los pintores más significativos de su generación. El intento de censura por parte del Ministerio de Obras Públicas, que quiso eliminar la obra denunciándola como pintura “modernista” y “elemento de distracción” por los conductores de la nueva autopista Barcelona-Granollers, y el apoyo popular que va recibir la obra para ser salvada, convirtieron a Tipel en todo un símbolo de libertad en los últimos años de la dictadura.
La exposición saca a la luz por primera vez fotografías de época, dibujos preparatorios, pinturas, objetos, esculturas originales de la fábrica, así como una selección de las decenas de artículos publicados en periódicos y revistas de la época en defensa de la fábrica, como Sierra de Oro (Ciricio Pellicer), Gaceta Ilustrada (Baltasar Porcel), Oriflama, Bocaccio 70, La Vanguardia o Destino (Giralt Miracle, Joan Teixidor). La exposición también recupera por primera vez una selección de los numerosos artículos en revistas y diarios internacionales dedicados a Tipel, haciéndose eco de lo que fue considerado como la pintura pop más grande del momento.