Conxita Oliver: "Vincular el arte en el territorio es una tarea primordial"

Conxita Oliver (Barcelona, 1957) Licenciada en Historia del arte por la UB. Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA) y de la Asociación Catalana de Críticos de Arte (ACCA), ha desarrollado la crítica de arte en la revista Batik y Arte Omega, en el Suplemento Cultura del diario Avui , en las emisoras radiofónicas Catalunya Cultura y Ona Catalana y en medios especializados como El Tiempo de las Artes y Bonart. Ha sido conservadora del Fondo de Arte de la Generalidad de Cataluña; miembro de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico y Artístico de Cataluña; responsable de la Red Pública de Centros y Espacios de Artes Visuales de Cataluña del Departamento de Cultura; Directora del Arts Santa Mònica; Coordinadora del Plan Integral de las Artes Visuales de Cataluña (2014-2021) y Jefe del Área de Difusión y Cooperación Artística (2017-enero 2022) del Departamento de Cultura. Ha comisariado y coordinado un centenar de exposiciones y es autora de libros y monografías sobre temas de arte contemporáneo. Forma parte de jurados de premios de arte, asesora programaciones y colecciones y ha catalogado distintas colecciones públicas y privadas.

En 40 años de trayectoria, has vivido muchas etapas del Departamento de Cultura: ¿cómo fueron los inicios y qué ha cambiado respecto hoy?

En el momento de la creación del Departamento de Cultura, en 1980, el consejero Max Cahner destinó los pocos recursos disponibles a construir una estructura institucional y administrativa que permitiera el despliegue de las políticas culturales necesarias para el país. A pesar de que se trató de unos años complicados, se hicieron esfuerzos importantes para recuperar instituciones surgidas durante la Mancomunidad y la República, dándoles un nuevo empuje. En esa década culminaba el traspaso de competencias en materia de cultura por parte de la Administración del Estado. Eran momentos de gran ilusión porque todo estaba por hacer y la suma de complicidades nos hacía imbatibles. Desde entonces, se ha llevado a cabo un importante proceso de expansión de servicios y equipamientos, aunque tenemos mucho camino por recorrer. La política cultural catalana se ha caracterizado por períodos de iniciativas destacables que han tenido poca permanencia sobre todo por la falta de continuidad de las mismas políticas hecha por los predecesores y también por la precariedad presupuestaria que ha condicionado su crecimiento. Es necesario un entendimiento entre todos los agentes que intervienen en la definición de la política cultural para situar la cultura como eje básico e identitario de país con el fin de llegar a un consenso en cuanto a las principales líneas de actuación. Para reivindicar el papel primordial del hecho artístico y cultural en Cataluña y de remar en una única dirección, es fundamental establecer acuerdos políticos de amplio registro.

Fue directora de Santa Mònica y has trabajado y colaborado muchos años. ¿Cuál ha sido tu vínculo con ese centro de arte a lo largo de tu carrera?

En 1984 el antiguo convento de Santa Mònica fue declarado monumento histórico-artístico de interés nacional y se convirtió en un espacio expositivo de la Generalidad de Cataluña, siendo restaurado por los arquitectos Helio Piñón y Albert Viaplana. En 1988, este nuevo equipamiento artístico se añadía a la Fundación Joan Miró, el Museo de Arte Moderno, el Museo Picasso y el Palacio de la Virreina con un compromiso por el arte contemporáneo. El Departamento de Cultura, atendiendo a la carencia de infraestructuras artísticas en la ciudad de Barcelona y por extensión en Cataluña, elaboró un programa de exposiciones que compaginó la presencia de artistas de renombre internacional con la revisión de diferentes épocas de arte catalán. Una vez el MACBA en funcionamiento, con participación de la Generalitat en el consorcio, el Centro de Arte Santa Mònica, de 1995 a 2002, pasó a cubrir huecos sobre el arte catalán en un nuevo objetivo: la revisión de trayectorias y de colectivos de artistas nacidos en las primeras décadas del siglo XX. En octubre de 2003, después de un cierre para la mejora de sus instalaciones, se orientó hacia la creación contemporánea emergente y su producción. Entre 2009 y 2013 se redefinió conceptualmente y se inició una programación que debía atender el cruce de diversas disciplinas de la creación artística contemporánea con la ciencia, el pensamiento y la comunicación como ejes estructuradores. En 2013 se inició una nueva trayectoria como Centro de la Creatividad que dirigí durante tres años para reorientar el proyecto como laboratorio de ideas y punto de confluencia de la creación contemporánea. Desde entonces hasta la actualidad, he estado directamente vinculada a Santa Mònica desde diferentes encargos y tareas que me han acompañado a lo largo de mi vida profesional.

Has sido comisaria de un centenar de exposiciones. ¿Destacarías alguna? ¿Hay alguna muestra en especial que creas que es importante poner en marcha y que todavía no se haya planteado?

Todas las exposiciones las he conceptualizado y concebido con la voluntad de aumentar la capacidad de reflexión, pensamiento y conocimiento y, sobre todo, captar sensibilidad hacia el arte contemporáneo. No destacaría ninguna en particular porque siempre me he guiado por el discurso crítico, la metodología, la rigurosidad, la investigación sistemática, el soporte documental y el análisis exhaustivo. Defiende la mediación con el público para romper con la incomprensión y hacer de puente entre los artistas y la sociedad. Cualquier muestra que nazca con estos parámetros es del todo necesaria. Igualmente, es necesario promover la pedagogía y la enseñanza del arte en las escuelas donde se están formando los futuros agentes artísticos que interactuarán con el arte de su tiempo.

Gestora cultural, programadora y comisaria de exposiciones, crítica de arte... ¿En qué papel te sientes mejor?

Al desdibujarse las fronteras entre las disciplinas profesionales, la aventura intelectual es versátil y plural, como lo es la propia obra de arte que participa de una complejidad de lenguajes, de una diversificación de formatos y de una multiciplicidad de resultados. Hoy, el intercambio de roles ya se ha convertido en normativo. Creo que nunca he diferenciado ninguno de estos papeles, sino que siempre he actuado tomando una posición poliédrica y plural de diálogo entre los diferentes agentes para ayudar a ensanchar nuestra esfera cultural. Es necesario promover las intersecciones y acelerar el triunfo de la creatividad como valor, así como impulsar los ámbitos de la producción, la exhibición y la difusión para el desarrollo de la práctica creativa. Todos se convierten en críticos a través de proyectos artísticos cuando los utilizamos como herramientas de pensamiento y de conocimiento. Pero, sobre todo, el gran reto es el de adaptarse a los cambios permanentes del lenguaje artístico, de carácter transversal y en constante mutación, sea desde el lugar desde donde se actúe.

¿Por qué es importante vincular el arte al territorio? ¿Qué potencialidades pueden desarrollar los municipios a través del arte? ¿Cómo valoras la labor de los técnicos y técnicas municipales de artes visuales?

El arte es un generador de cohesión social, participación y acción comunitaria. Por tanto vincular el arte al territorio desde una vertebración del tejido artístico de Cataluña es una tarea primordial. Estimular y promover acciones en una ordenación más sólida, estable y equilibrada de forma coordinada entre la Generalidad de Cataluña y los ayuntamientos es una de las misiones prioritarias que tiene el Departamento de Cultura. Coordinar esfuerzos y provocar debate y trabajo en red se podrá llevar a cabo en adelante gracias al paraguas jurídico que supone la publicación del Decreto y de la Orden del Sistema Público de Centros y Espacios de Artes Visuales de Cataluña. Teniendo en cuenta la tipología de los equipamientos, así como los objetivos que corresponden a cada categoría, los ocho centros territoriales municipales (y los que se puedan incorporar en un futuro) se sitúan como centros de referencia para colaborar y dinamizar los agentes artísticos de cada territorio, fomentar su interrelación con el sector de las artes visuales y otros ámbitos del pensamiento, y hacerlo tanto a escala local, nacional como internacional. La labor de las técnicas y técnicos de estos centros es fundamental a la hora de crear canales permanentes de intercambio, establecer sinergias e incrementar actividades con el fin de que el arte contemporáneo en Cataluña gane presencia en las políticas públicas y privadas. Es importante subrayar que toda actuación cultural debe repensarse en función de su rentabilidad y beneficio social y que los recursos públicos deben tener su retorno para la comunidad. La cultura y el arte juegan un rol fundamental a la hora de imaginar formas de vida en común, así como procesos alternativos de interrelación.