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El arte de la comida y la vanguardia

detall de Import/Export. Lata-Bala. Power food, 2008 d'Antoni Miralda
El arte de la comida y la vanguardia

La presencia de la comida en la representación pictórica es tan vieja como la existencia del arte sobre la tierra. Desde las primitivas cuevas de Altamira, pasando por la antigüedad de Egipto, Grecia, Roma y el mundo moderno del renacimiento, el barroco, el neoclasicismo, el romanticismo y la llegada al siglo XX, la comida ha tenido su protagonismo y ha alcanzado altas cotas de sensualidad y erotismo en las pinturas pompeyanas, en algunos frescos renacentistas, en los interiores y naturalezas muertas holandeses y será motivo principal en los bodegones del barroco español, donde alcanzará una dimensión mística.

La vanguardia marcará nuevas relaciones del arte y la comida a lo largo del siglo XX, una trayectoria que va desde el cubismo hasta Ferran Adrià, y que no tiene por objetivo calmar el hambre, sino promover un arte del gusto. Es Apollinaire el primero que nos habla de cubismo culinario: “En efecto, se vende ya en París la sopa en cubos y la mantequilla en paralelepípedos de tres miligramos” (2). El futurismo será más radical. Marinetti publica, junto con el pintor Fillia, el Manifiesto de la cocina futurista en la Gazzetta dal Popolo de Turín el 28 de diciembre de 1930, bajo el lema Basta la pastasciuta. Se propone eliminar la pasta y liberar la cocina tradicional del volumen y del peso, en favor del risotto, pero también abolir el tenedor y el cuchillo para dar más placer táctil y alentar a los químicos a inventar nuevos sabores próximos a la música, en la poesía y el perfume, anticipando la Nouvelle Cuisine.

Dalí llevará a la máxima dimensión surrealista la presencia de la comida en su pintura: panes, costillas de cordero, huevos, leche, judías secas, pescados, uvas, langostas y bogavantes, el alimento como objeto perverso de deseo, que formará parte de su estética blanda y comestible. Man Ray aportará los utensilios de comida, como tenedores y cuchillos, con Mr. Knife and Miss Fork (1944-1973). Marcel Duchamp relacionará el erotismo de la máquina soltera con el cacao en La Broyeuse de Chocolat (1914) y tendrá dos ready made relacionados con la comida, el Porte-bouteilles (1914) y la jaula con azúcar y hueso de sepia: Why not Sneeze Rrose Sélavy (1921), aunque la más elocuente es Sculpture morte (1959) con figuras de mazapán que imitan un Archimboldo. Andy Warhol convertirá la publicidad de la comida enlatada en obra de arte, con las sopas Campbell's y la Coca-Cola, Claes Oldenburg y Richard Hamilton unirán pop y comida, y Manzoni enlatará mierda de artista, mientras que el Nouveau Réalisme francés lanzará, a través de Spoerri, la cocina y el restaurante como arte, e inaugurará el Eat art Gallery, la experiencia de la comida y su residuo.

Miralda ha hecho honor a esta corriente en Fluxus con sus happenings rituales de comidas de colores junto a Dorothée Selz, camino que nunca ha abandonado y que ha unido al arte de la fiesta, y que culminó en el Food Pavilion por en la Expo 2000 de Hannover (2000). En el proyecto Food Cultura Museum integra el arte, la cocina, la ciencia, la gastronomía, el pensamiento, la importación y exportación de alimentos, la manipulación genética, la nutrición, el hambre, la salud en el mundo y las prácticas seculares y sagradas. Muchos de los grandes artistas del siglo XX han trabajado con elementos comibles, bien por su carácter simbólico, como la miel, el vino y el aceite, como hizo Josep Beuys en algunas acciones ya través de su experiencia de cultivos biológicos, bien para hacer entrar en contacto directo cuerpo y comida, caso de los rituales sanguinarios de los accionistas vieneses: Hermann Nitsch, Rudolf Schwarzkogler, Günter Brus y Otto Mühl. La carne ha estado presente en las acciones de Marina Abramovic y en los trajes de Jana Sterback, que tanto atan con los zapatos de carne o de vegetales del artista catalán Lluís Vilà. La estética relacional promovida por Nicolas Bourriaud nos ha traído las sopas de noodles de Rirkrit Tiravanija a los museos, y podríamos escribir una larga lista de artistas contemporáneos vinculados a la comida: Marcel Broodthaers, Damien Hirst, Sarah Lucas, Mona Hatoum, Wim Delvoye, Ernesto Neto, Ilya Kabakov, Sam Taylor Wood, entre otros muchos. En Cataluña no podemos olvidar las aportaciones de Luis Vilà, Javier Olivé, Jordi Valverde, Los Rinos, David Ymbernon y Jordi Pablo. De este último nos espera en diciembre en Arts Santa Mònica la instalación Objetos de sobremesa. Comida plástica, basada en una comida con el repertorio de sus objetos de vajilla manipulados.

En la imagen, detalle de Import/Export. Lata-Bala. Power food, 2008 de Antoni Miralda (1) Bourriaud, Nicolas. “La Diététique des auteurs”, a Cook book, Paris: Beaux-Arts ediciones, 2013. P. 19. (2) Apollinaire, Guillaume. “El tejido invisible y otras raras invenciones. Madrid. Celeste ediciones, 2000. Pág. 25.”

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